Claudia Quintero

Nací en un hogar humilde al norte de Colombia, en una ciudad llamada Cúcuta. Soy madre de dos adolescentes y abuela de un tierno bebé. Profesional en Producción de multimedia, estudié Dirección de cine y televisión y actualmente me formo en Psicología.

​

Cada paso en mi proyecto de vida, se ha ido construyendo desde la visualización propositiva de mis sueños, la corrección de mi carácter impulsivo, la dinámica del amor, la tolerancia y el juego limpio. ¡Nada ha sido fácil!

​

Soñar es fácil. Pero el sueño demanda una actitud activa y un trabajo disciplinado y este trabajo sin un sueño definido no se crea, no se materializa.

Mi activismo nace del episodio más doloroso de mi vida. Pero hoy le agradezco habérmelo hecho vivir: solo así pude nacer de nuevo a esta vida que elegí y que me hace profundamente feliz.

​

Cuento con herramientas que me han llevado a cumplir cada meta y sueño propuesto, con pasos firmes y fortaleza ante las frustraciones.

​

En los últimos años pasé un proceso interesante en mi vida: estando en el exterior, como migrante, entendí que no podía seguir dejando el futuro en manos de otras personas que delineaban mi caminar. Era el momento de hacerme cargo de mi propia vida ¡y así lo hice!

​

De todas las causas y banderas que, día tras día, valientes hombres y mujeres del país llevan consigo, yo escogí una que es fundamental para el pleno goce de muchos derechos: la libertad.

Soñé ser una activista activa, publicar libros e informes, viajar mucho, tener una familia unida y tener el peso ideal.

 

¡Absolutamente todo llegó a mi vida!

 

Desde ahora me dedico a ayudar a otras personas a cumplir también sus sueños como yo lo sigo haciendo a cada instante; construir proyectos de impacto que cambien vidas y fortalezcan la inteligencia emocional para tener mejores relaciones y vidas más felices.

Lidero procesos sociales que ayudan a muchas personas a reconstruir sus sueños y sus proyectos de vida. Soy mensajera de esperanza.

 

 ¡Esa es mi misión en la tierra!

 

Lo soñé y lo creo cada día. Cumplir el sueño requiere trabajo, dedicación, disciplina, fortalecimiento de capacidades. La realización de los sueños “no cae del cielo”; los sueños los construimos.

 

Un día te cambia la vida, tus sueños son destrozados por algún factor que no esperabas; sales de una aparente comodidad para empezar a reconocer que dependes de tu tenacidad y de aquello a lo que te puedas aferrar.

​

 

Esa misma fuerza, o fe, nos hace levantar como águilas a pelear por la vida. Pero no a pelear contra de los demás sino con uno mismo, con el pesimismo y con el negativismo.

​

 

¡Ven y sueña conmigo!