En Colombia nuestra vida ha girado entorno de la violencia. Fue ella pan diario de nuestra construcción identitaria. El conflicto tocó todos los sectores y ciudades, pero se ensañó con el campo y las zonas vulnerables, ¡se ensañó con las mujeres!
Los hogares que sufrieron el conflicto, reproducen practicas misóginas en las casas, en muchos de los casos que he conocido por violencia intrafamiliar, tienen como antecedente: la guerra.
La violencia arrulló nuestras cunas; niñas y niños sufren experiencias dolorosas de desplazamiento, abandono, abuso y discriminación. La violencia vicaria también se instaló en ésta guerra, los grupos armados causaron dolor indescriptible a las mujeres, arrancando de su seno a sus hijos, hoy muertos o desaparecidos.
El conflicto en Colombia se enquistó en los hogares y se asoció con el machismo, en una especie de sinergia macabra, así mismo la pobreza.
La violencia sexual se instaló como una práctica común. Conocemos que el Auto 092 de 2008 reconoce la calidad de sujeto de especial protección constitucional que tenemos las mujeres en Colombia, afirmando que la violencia sexual contra las mujeres es una “práctica habitual, extendida, sistemática e invisible en el contexto del conflicto armado colombiano” (Corte Constitucional, 2008)
Hablar de paz sin hablar de las mujeres, sería entonces infructuoso. El día internacional de la mujer, está ligado a la construcción de paz y la necesidad de vernos cómo sujeto especial de protección.
Johan Galtung, explica la violencia como "cualquier sufrimiento evitable en los seres humanos", luego no habla de "sufrimiento" si no de “reducción en la realización humana". La guerra en Colombia no nos dejó a las mujeres y a las niñas realizarnos como seres humanos.
Colombia ha tenido que enfrentar como pocos países la cruel violencia de género con ataques de ácido (en un alto número en relación a la media mundial), empalamientos, femicidios, ataques sexuales entre otros, Colombia ha sido un país violento con las mujeres y las niñas.
Hoy muchos hombres nos darán flores y sonrisas casi por norma, cómo en el aniversario a la “esposa cantaletosa”. El día internacional de la mujer es mucho más, no es el día de flores y chocolates (que me encantan, por cierto) éste día de la mujer es para reconocernos, vernos a los ojos, y luchar juntas gritando a viva voz: “Ni una más”.
Comments