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Foto del escritorANNE FRANK PRENSA

Una identidad no puede estar ligada a una violencia

Actualizado: 13 mar 2021

Intervención comunitaria con población diversa en Cauca, Corporación Anne Frank

En el camino de prevenir la trata de personas y acompañar a las mujeres en situación de prostitución, nos encontramos con las personas transgénero, travestis y transexuales que vienen sufriendo explotación sexual. En la zona de impacto que recorremos, son también una existencia abandonada por la sociedad y el Estado que se niega a reconocer su situación de vulnerabilidad.


Junto al programa de orientaciones sexuales e identidades de género diversas de la secretaría de gobierno de la alcaldía de Popayán, realizamos una intervención integral que articula diferentes componentes tales cómo psicosocial, político, humanitario y restablecimiento de derechos con la población trans. La Corporación Anne Frank cómo parte de la mesa de diversidad sexual del municipio de Popayán hace más de cuatro años, continúa realizando una lucha abolicionista en el territorio.


En esta intervención, aprendimos sobre identidades diversas, que finalmente, también son intervenidas por el capitalismo que ve en los cuerpos feminizados un mercado. La identidad tiene que ver con un posicionamiento político, con el territorio en el que habitamos, con lo que vamos construyendo día a día. Una identidad no puede estar ligada a una violencia, no debería ser éticamente aceptado por la sociedad que hay cuerpos de primera y de segunda, que existen castas destinadas para la satisfacción de quienes ostentan un gramo de poder económico, físico o político.


En las trans se hace urgente y necesaria la abolición de la prostitución. –“No quise salir más a putear”- dice Tati*- quién se dedica a hacer aseo en casas y renunció a la prostitución en su vida, al considerarla una violencia atroz.


Recordamos las palabras de la Trans activista argentina Florencia Guimaraes: “Antes de tener el derecho a ser prostituidas queremos tener el derecho a no serlo”. Esta posición es más que justa, no se puede hablar de la prostitución cómo un “trabajo” para las travestis que nunca pudieron tener un trabajo real, acceso a ingresos por una labor o educación. Hablar de trabajo sexual sobre los cuerpos trans, es aceptar que la feminidad está construida socialmente para la explotación sexual.


Tati se graduó de bachiller con el acompañamiento del programa de orientaciones sexuales e identidades de género diversas de la secretaría de gobierno de la alcaldía de Popayán, Jazmín Lindarte, la coordinadora del programa es también su amiga y confidente de un camino nada fácil para quién decidió no someterse al establecimiento. “Ninguna trans nació para puta”.


Claudia Yurley Quintero

Defensora de Derechos Humanos.


*Nombre cambiado por seguridad.

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