Un niño que iba a la playa muy de mañana y recogía estrellas de mar que habían quedado sobre la arena, a las cuales volvía a poner dentro del agua.
Un señor un día se le acercó y le preguntó: “¿Qué estás haciendo?”.
“Estoy recogiendo las estrellas de mar que quedaron atrapadas en la playa y las devuelvo al agua antes de que el sol las queme y se mueran” – respondió.
“¿Pero no ves lo enorme que es esta playa? ¡Hay miles de estrellas de mar en la arena y en todas las playas del mundo! ¿No te das cuenta que lo que estás haciendo no sirve para nada?” – dijo el señor.
El niño cogió otra estrella, la devolvió al mar, se paró, miró fijamente a los ojos del hombre y contestó:
“Ahora pregúntale a esta estrella de mar si lo que estoy haciendo no sirve para nada”.
Desde ese día, el hombre regresó a la playa cada mañana para ayudar al niño a salvar estrellas de mar.
Aquel niño de la historia dio el paso más importante que marcó la diferencia: Creer, actuar y dar ejemplo.
Salvó a cuantas estrellas de mar pudo, porque ese era el sueño que se propuso alcanzar y lo logró, a pesar de la crítica y la oposición.
La vida nos motiva a que soñemos en grande y logremos nuestros deseos a pesar de que los veamos inmensos.
No te quedes pensado y esperando que algún día ocurra.
Comienza alcanzando un sueño pequeño y avanza dando pasos firmes hacia el logro de sueños más grandes… Es grandioso ser un soñador, de sueños reales, de metas altas
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