De origen humilde y migrante retornada de Estados Unidos, a Liliana del Carmen Campos Puello le acusan de ser la mayor proxeneta de Cartagena. Según la Fiscalía, captaba a mujeres, muchas de ellas menores de edad, en las barriadas más pobres y ofrecía sus servicios sexuales en catálogos a clientes internacionales.
BOGOTÁ, Colombia.- Una mujer colombiana apodada ‘Madame’ era presuntamente la cabecilla de una red de trata de menores en Cartagena de Indias que llegó a tener en su poder a 250 víctimas, muchas de ellas adolescentes de la comunidad afrodescendiente y venezolanas entre 14 y 17 años. Liliana del Carmen Campos Puello fue detenida el pasado domingo en la operación Vesta I liderada por la Fiscalía, descrita como el golpe más importante contra la prostitución que se haya realizado en Colombia.
El operativo ha puesto de relieve un problema que siempre a estado asociado con esta ciudad del Caribe colombiano, la más turística de la nación. La escena de un señor blanco rodeando con su mano la cintura de una chica negra mucho más joven que él por alguno de los parajes cartageneros más concurridos, como la Torre del Reloj o la Plaza de Coches, es una imagen habitual habitual que ilustra el problema del comercio sexual en la ciudad amurallada.
“Existen razones históricas por las que Cartagena ha sufrido siempre el estigma de la prostitución. Durante la época colonial llegaron desde África cientos de personas contra su voluntad. Hoy es un puerto de mercancías y un centro neurálgico del turismo, hay mucho movimiento de personas sin control”, explica a Univision Noticias Claudia Yurley Quintero, quien trabaja en la Corporación Anne Frank que lucha contra la trata de personas en Colombia.
Cartagena encarna la tremenda desigualdad de Colombia. “Es una ciudad donde los hoteles más exclusivos están a unas pocas cuadras de barrios míseros donde no hay agua potable ni comida y los niños andan a pie pelado”, dice Quintero, quien el día antes de las detenciones había asistido a una reunión para denunciar la explotación de menores en la Plaza de San Pedro Claver, que rinde homenaje al jesuita que defendió a los esclavos negros en el siglo XVII.
“A los turistas que vienen a la ciudad en busca de sexo y droga se les acabó la fiestica”, adviertió el fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez.
En el operativo se han registro bares y hoteles. En las playas que conectan el centro histórico de Cartagena con zonas turísticas como Bocagrande y en las discotecas nocturnas más populares, las redes mafiosas aprovechan las multitudes para introducir a las chicas.
Univision Noticias 04/Agosto de 2018
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