Claudia Yurley Quintero nació en Cúcuta, pero lleva más de 10 años viviendo y trabajando en el Cauca. Junto a su familia son víctimas de desplazamiento forzado, y como mujer ha sido víctima de varios flagelos. A través de la Corporación Anne Frank, la cual dirige, hace incidencia en las víctimas, especialmente en las mujeres.
De los flagelos que sufrió como víctima del conflicto y otras violencias, Claudia prefiere no dar detalles, a pesar de que ya han pasado varios años desde que salió desplazada de su ciudad natal, y de que ha trabajado para resistir y transmitir esta fuerza a otras mujeres, incluso a hombres también; es claro que la memoria de esos hechos traen dolor y tristeza a su presente.
No habla mucho de su vida personal, pero sí me deja en claro que me abre su corazón para darme esta entrevista y que ella, como muchas otras mujeres víctimas, ha sido juzgada, estigmatizada y maltratada por su pasado, por su cuerpo, porque es afro, porque es mujer.
“Cuando se dan cuenta de esa historia que tuve que pasar, siempre hay estigmatización, a la mujer víctima se le tiende a criminalizar por lo que le ha sucedido. Para mí ha sido duro, incluso de parte de muchas mujeres también hay estigmatización, cuando se enteran de mi historia evitan que yo me acerque a sus maridos”, comenta Claudia.
OLGA PORTILLA DORADO: ¿Hace cuánto le tocó salir de Cúcuta y a dónde llega?
CYQ: Sufrí desplazamiento forzado en el año 2005, llegué a los barrios más precarios de Bogotá porque mi situación económica era muy difícil, yo era una líder social en Cúcuta y el bloque Catatumbo desplazó a diferentes lideresas, atentó contra nuestra dignidad. En Bogotá tuve que vivir en la calle, viví en alojamientos de personas sin hogar, conviví con la mujer en situación de prostitución, con los habitantes de calle y estuve en una situación de bastante vulnerabilidad.
OPD: ¿Usted llega sola a Bogotá o la desplazan junto a su familia?
CYQ: Salí de Cúcuta desplazada con una pequeña hija, cuando llego a Bogotá descubro que estoy en embarazo, entonces ya es otro bebé que tengo que sostener. A los pocos días llegaron mi mamá, mi hermano y mi papá, también desplazados, porque intentaron secuestrar a mi hermano que era un niño de 11 años, no les quedó más opción que agarrar lo poco que tenían y llegar a Bogotá también. Toda mi familia ha sufrido desplazamiento forzado, un hermano fue reclutado por los paramilitares, fue una historia de dolor bastante fuerte.
OPD: A pesar de las dificultades en ese lugar desconocido, inicia un proceso, que podemos decir ha cambiado su vida, ¿De qué se trata?
CYQ: Cuando viví en Bogotá me uní con otras mujeres que estaban también pasando dificultades y empezamos también a hacer un activismo desde la necesidad, desde lo que estábamos enfrentando y ahí fue que nació la Corporación Anne Frank en un barrio que se llama Altos de Cazucá, que queda en la periferia bogotana, eso fue en el año 2009, empezamos a proteger a la niñez y a los jóvenes víctimas del paramilitarismo.
Soy cofundadora, desde ese momento he estado al frente de la representación de la Corporación porque no es un tema fácil y para una mujer sobreviviente de varios flagelos como la prostitución, la violencia sexual no es fácil llegar a empoderarse de esta manera. Allá estuvimos un tiempo, luego por amenazas tuvimos que salir y decidimos migrar a Argentina. Fue un duro exilio, pero migrar me ayudó a crecer, madurar, aprender a administrar el dinero, aprender a valorar a la familia y los amigos.
La Corporación Anne Frank persigue fines feministas, sociales, culturales, de incidencia política, de equidad y de construcción de paz, así como la promoción de los derechos humanos y la protección de los mismos, prioritariamente en mujeres y niñas, promover la cultura, el arte y la tecnología, la educación y la recreación, protección del medio ambiente y sostenibilidad.
OPD: ¿Cómo fue esa experiencia en otro país, a qué se dedicó usted allá?
CYQ: Allá estudié cine y televisión, estuve con la red Alto a la Trata y Tráfico de personas, estuve trabajando con las migrantes en situación de prostitución, con las víctimas de trata, estuve con las madres de Plaza de Mayo, con las familiares de los desaparecidos y tuve toda una formación en Derechos Humanos, fueron cinco años maravillosos para mí, con muchas dificultades, pero siento que este país fue parte del empoderamiento mío, porque allí yo me reparé, pude descubrirme como mujer, descubrir que las mujeres somos más que un cuerpo, más que un objeto.
OPD: ¿Por qué decide regresar?
CYQ: En un momento yo llegué a pensar que no volvería a Colombia, pero cuando empieza el proceso de paz crece en mí una ilusión tremenda cuando vi que los diálogos exploratorios entre Timochenko y Santos habían empezado. Eso fue como un fuego enorme y yo dije tengo que vivir eso, no puedo vivir el proceso de paz desde lejos, hablé con mi pareja, con mi familia, con mis hijos y decidimos regresar. Llegamos nuevamente a Colombia de una vez a trabajar, a buscar a los compañeros, a reactivar todo lo que estaba, a empezar a hacer incidencia, eso fue en el año 2014 y desde ese año hasta hoy no hemos parado.
OPD: ¿En el Cauca cuál es la labor que ustedes hacen?
CYQ: Estamos haciendo un trabajo de incidencia en todo lo que tiene ver con el tema de género, hemos trabajado con la Policía Metropolitana, estamos haciendo un trabajo en las comunidades, por ejemplo en Cajete, allí tenemos un trabajo con niños, niñas y adolescentes donde prevenimos su explotación sexual. Estamos muy atentos de lo que viene pasando con la violencia intrafamiliar en el Cauca, investigando, haciendo incidencia social y política en el tema del liderazgo con víctimas.
Actualmente estamos documentando 33 casos de familiares de desaparecidos en el Cauca, donde hay mujeres, niños, niñas y hombres, entonces acompañamos a esas 33 familias con el apoyo de Fundepaz y la Corporación alemana GIZ.
OPD: En todo este proceso ¿Qué le ha permitido a usted ser sobreviviente, apoyar a las mujeres y empoderarlas?
CYQ: Tuve que pasar por todo el proceso de víctima a sobreviviente, un proceso integral, sicosocial, de salud física y mental, porque cuando tú enfrentas diferentes violencias en el marco del abandono, cuando tú tienes que salir a buscar el pan de tus hijos como sea, cuando tienes que enfrentar el machismo, la violencia; entonces todas esas cosas te van dañando el alma, el corazón y pueden crear en ti traumas, dolor, resentimiento y depresión… yo intenté quitarme la vida, pero gracias al acompañamiento de muchas profesionales del programa de atención sicosocial de la Unidad para las Víctimas pude superarlo.
OPD: Finalmente, ¿Cuál es su principal sueño?
CYQ: Quiero ayudar a las mujeres a través de los medios de comunicación, pienso que estratégicamente los medios pueden cumplir un papel social y político en el tema de las mujeres, no hay que volver a hablar de “asesinada una mujer” sino que se hable con nombres y apellidos lo que está sucediendo en el país.
Comments